En las carreteras españolas, es habitual encontrarse con vehículos que llevan una pegatina en forma de diana con los colores de la bandera de España: rojo, amarillo y rojo. Esta pegatina, situada junto a la luz del freno trasera, es conocida como la «escarapela» y tiene un significado que va más allá de la mera decoración patriótica.
La escarapela de España tiene sus raíces en la historia militar del país. Surgió durante la Guerra de la Independencia frente a Francia, que tuvo lugar entre 1808 y 1814. En aquel momento, este símbolo se utilizaba como un distintivo que representaba el orgullo patriota y la resistencia española contra la ocupación francesa.
Durante el siglo XV, la escarapela era un emblema comúnmente llevado por los soldados españoles que marchaban al campo de batalla. Sin embargo, en el año 1809, José Bonaparte, hermano de Napoleón y rey de España por imposición napoleónica, prohibió su uso debido a su asociación con el nacionalismo español.
2Significado y simbología
La pegatina de la escarapela con los colores de la bandera española simboliza el amor por la patria y la identidad nacional. Para muchos conductores, colocar esta pegatina en sus vehículos es una forma de expresar su conexión con la historia y la cultura de España, así como su respeto por los valores patrióticos que han definido al país a lo largo de los siglos.
Además, la presencia de la escarapela en los coches también puede interpretarse como un recordatorio de la importancia de la unidad y la solidaridad entre los ciudadanos españoles, independientemente de sus diferencias políticas o regionales. En un mundo cada vez más diverso y globalizado, esta pegatina sirve como un símbolo de identidad compartida y orgullo nacional.