El verano es la época más peligrosa para conducir. De hecho, en los últimos diez años se han registrado 5 fallecidos al día en accidentes en el periodo estival, una tasa que es un 20,5% más alta que en otros momentos del año.
Las imprudencias al volante y la fatiga por la duración de los desplazamientos son las principales causas de los accidentes de carretera en verano, a lo que se unen hábitos irresponsables de los conductores: el 54% admite que sobrepasa los límites de velocidad y el 23% bebe alcohol en las operaciones de salida o retorno.
Estas son algunas de las preocupantes conclusiones que recoge la Fundación Línea Directa en un informe que hace una «radiografía de los accidentes de tráfico en los desplazamientos de verano» en la última década, comparando los siniestros de carretera en época estival con el resto de días del año y con otros periodos de vacaciones como Semana Santa o Navidad.
3Cómo se comportan los españoles en sus desplazamientos de verano
Otro de los aspectos que recoge el estudio es el comportamiento de los conductores en sus viajes de verano y concluyen que «hay mucho que mejorar» en materia de responsabilidad al volante. Los responsables del informe han realizado 1.700 encuestas preguntando a los conductores sobre sus hábitos en los desplazamientos de verano concluyendo que hay demasiadas personas imprudentes y olvidadizas al volante.
En concreto, 15,5 millones de conductores (56%) no planifican convenientemente la ruta, otros 15 millones (54%) confiesan superar los límites de velocidad en los viajes de vacaciones y 17 millones (61%) no siguen las recomendaciones de la DGT en materia de paradas y descansos. Además, más de la mitad no se turna con otros pasajeros para conducir, una actitud especialmente frecuente en hombres, y un 82% (22,6 millones) desconoce cómo colocar correctamente la carga en el coche.
Otro de los aspectos más preocupantes es que 6 millones de automovilistas (23%) confiesan beber cervezas e incluso combinados durante los viajes de salida y retorno de verano. Además, un 25% de los encuestados reconoce comer copiosamente durante estos trayectos, una circunstancia que puede favorecer la somnolencia.
