El invierno es la estación más peligrosa para ponerse al volante. Frente a las situaciones climatológicas adversas que se multiplican en esta época del año, el conductor debe extremar las precauciones. Lluvia, hielo, nieve, niebla… todas estas inclemencias dinamitan la seguridad vial y obligan a adoptar un estilo diferente de conducción.
Las malas situaciones atmosféricas pueden provocar accidentes con mucha facilidad, por eso es muy importante ser cuidadoso en esta época del año. De todos los fenómenos con los que hay que lidiar en las carreteras invernales, el más peligroso es el hielo. Su presencia en la vía es apenas perceptible y sus efectos sobre el vehículo pueden ser fatales. Te contamos como lidiar con este peligro invernal.
1El hielo es uno de los fenómenos más peligrosos para la conducción
Los conductores tienen que enfrentarse a muchas situaciones complicadas a la lo largo del año. Conducir sobre hielo es uno de las condiciones más peligrosas. El hielo en la carretera es muy difícil de apreciar cuando se va en marcha y muchas veces el conductor se da cuenta de que está conduciendo sobre hielo cuando ya es tarde.
Atravesar una placa de hielo, o una superficie helada, provocará que los neumáticos se deslicen y el conductor pierda el control del vehículo. También aumenta la distancia de frenado y reduce la capacidad del coche para detenerse a tiempo. Esto sumado a la imprevisibilidad de la situación hace que la colisión sea muy difícil de evitar. Aun así, hay una serie de pautas que debes tener en cuenta para intentar salir ileso de la situación.