Pere Navarro vuelve a sembrar la polémica. En el marco de la IV Conferencia Mundial para la Seguridad Vial, celebrada en Marruecos, el director de la Dirección General de Tráfico (DGT) ha defendido con firmeza la necesidad de aplicar sanciones «ejemplarizantes».
Sus declaraciones han desatado las críticas de los conductores españoles y abierto de nuevo el debate: ¿se busca realmente mejorar la seguridad en las carreteras, o solo llenar las arcas del Estado con multas cada vez más rápidas e implacables?
1Mano dura con los infractores
Durante su intervención en el evento, el máximo responsable de la Dirección General de Tráfico (DGT) dejó clara su postura: las normas de tráfico deben cumplirse estrictamente y, para ello, es imprescindible una vigilancia férrea. «Podemos hacer mucha concienciación, educación y campañas; pero es fundamental vigilar y controlar que la normativa de tráfico se cumpla», afirmó con contundencia.
Para Navarro, las sanciones deben tener un impacto directo en los conductores para modificar su comportamiento en la carretera. Y por eso es «necesario que haya una policía especializada y respetada», que asegure que las infracciones no queden impunes. El discurso, lógico desde el punto de vista de la seguridad vial, no ha sido bien recibido por los conductores, que ven más una estrategia recaudatoria que pedagógica.