El Ejército de Tierra español está listo para despedirse de los icónicos Santana Aníbal, unos todoterrenos que han servido con firmeza a las Fuerzas Armadas desde su llegada en 2004, pero que ya no cumplen con las necesidades actuales. Después de años de quejas sobre su confiabilidad, problemas mecánicos recurrentes y altos costos de mantenimiento, el Ministerio de Defensa ha decidido reemplazarlos. El modelo seleccionado para tomar el relevo es el Peugeot Landtrek, un todoterreno derivado del modelo comercial de Peugeot, pero con adaptaciones para uso militar, fabricado por la empresa española Iturri.
3Mecánica oriental, seguridad nacional
El futuro de la industria militar en España también está en juego en esta renovación. Iturri, una empresa sevillana con una larga trayectoria en el sector de la defensa, asume un papel crucial en la fabricación y adaptación de estos vehículos. Su capacidad para cumplir con este contrato podría consolidar su posición como un actor clave en el suministro de vehículos militares en Europa, y quizás más allá.
Sin embargo, no se puede pasar por alto que la sustitución del Aníbal también representa una transición en la dependencia industrial de España. Mientras que el Aníbal fue un producto casi totalmente nacional, el Landtrek, aunque ensamblado en España, cuenta con tecnología y componentes provenientes de China. Este cambio refleja las dinámicas actuales de la globalización, donde incluso los proyectos militares están inevitablemente entrelazados con cadenas de suministro global.