Pese a un clima no excesivamente caluroso, por tercera vez en cuatro años Robin Shute salió coronado como campeón de la montaña más mítica del mundo: Pikes Peak en Colorado Spring. Todo ello a a pesar de unas condiciones climatológicas realmente adversas y con tramos en visibilidad cero que obligaron a levantar el pie del acelerador.
Pikes Peak, el mito sigue vivo
Al igual que en 2019 y 2020, Shute pilotó un Wolf TSC 2018. Por supuesto de las tres victorias esta fue la más lenta, a causa de unas condiciones climatológicas realmente adversas. El tiempo total fue de 10:09.525. Sin duda muy lejos del récord de todos los tiempos en la colina de 7: 57.148, pero había una gran razón para ello: el tiempo atmosférico.
La niebla espesa eliminó la visibilidad en varias partes del recorrido de 20,4 km y solo empeoraron a medida que los corredores se acercaban a la cumbre de 4.302 metros. Fue tan malo que Shute declaró al final de la pruea “Estas fueron algunas de las condiciones más duras en las que hemos conducido, compitiendo o no. Era como conducir a estaciones de esquí con mal tiempo, ya no estás compitiendo en ese momento”.
Pese a que tuvo que reducir mucho la velocidad, Shute fue unos 25 segundos más rápido que el segundo. Ese segundo puesto lo logró David Donodue con un Porsche 911 Turbo S casi original que competía en la clase Attack. Se quedó a 17 segundos del récord.
Como nota curiosa, Rod Millen, de 71 años, logró llegar octavo en la general con un tiempo de 11:06.1.