Para los amantes del pinball y los apasionados del automovilismo, hay una pieza de colección que une ambos mundos: una máquina retro de las legendarias 500 Millas de Indianápolis. Esta joya de 1995, creada por la histórica compañía Bally, saldrá a subasta el próximo 6 de octubre en Knokke-Heist, Le Zoute, Francia, y promete encender la nostalgia de quienes crecieron pasando horas frente a estas icónicas máquinas en los salones recreativos.
Sin embargo, revivir esa experiencia tiene un costo elevado, ya que el precio estimado de la máquina oscila entre los 6.700 y los 10.000 dólares. Esta máquina no es una cualquiera. Fue fabricada por Bally, una empresa pionera en el mundo del entretenimiento, que comenzó su aventura en la fabricación de máquinas de pinball en 1932 bajo el nombre de Ballyhoo.
La relación de este pinball con Indianápolis
Lo que realmente hace especial a esta máquina es su vinculación con las 500 Millas de Indianápolis, una de las carreras más prestigiosas del mundo. La voz de Tom Carnegie, el mítico locutor del Indianapolis Motor Speedway (IMS), fue grabada para dar vida al juego, lo que sin duda añade un toque de autenticidad y emoción para los aficionados al automovilismo.
Con unas dimensiones de 70,1 pulgadas de alto, 55,1 pulgadas de largo y 29,5 pulgadas de ancho, esta máquina es una verdadera pieza de arte que necesitará su propio espacio en la sala de juegos o la cueva de hombre de su futuro propietario. Además de su impecable estado, la máquina cuenta con un diseño visual que capturará la atención de cualquier fanático de la velocidad. Los gráficos retro de IndyCar adornan los laterales, mientras que dentro de la máquina se encuentra un pequeño modelo a escala de un IndyCar, añadiendo un elemento tridimensional que hace que el juego cobre vida.
La buena clasificación del pinball de Indianápolis
A pesar de su antigüedad, la máquina ha mantenido su reputación entre los fanáticos del pinball. La base de datos de Internet Pinball, un sitio especializado en la evaluación de estas máquinas, le otorga una «clasificación de diversión» de 7,9 sobre 10, lo que habla de su calidad y la experiencia de juego que sigue ofreciendo. Para aquellos que alguna vez disfrutaron de las horas de diversión que proporcionaba el pinball, esta máquina representa mucho más que un objeto de colección; es un portal a una época dorada del entretenimiento.
Si bien la subasta no proporciona detalles sobre quién restauró esta máquina ni cuándo, lo que sí está claro es que se trata de una pieza en perfecto estado, preparada para proporcionar horas de entretenimiento. Sin precio de reserva, los potenciales compradores pueden soñar con hacerse con esta joya inspirada en las 500 millas de Indianapolis sin límite mínimo, aunque el precio final seguramente estará a la altura de su rareza y estado de conservación.
