Durante el verano de 2017, en un almacén en Essen (Alemania), detrás de una pila de neumáticos de un metro de altura, unos cazatesoros rescataban un Porsche 356 C que llevaba más de 40 años escondido.
La historia de esta joya la conoce a la perfección Claus Meirich, que se hizo con él por 20.000 euros y lo devolvió a la gloria, tras dos años de trabajo con la ayuda de expertos del mundo Porsche. «El último propietario, un comerciante de neumáticos de Essen, estaba enfermo y tuvo que dar de baja el coche que había comprado un año antes con 79.000 kilómetros. Lo dejó en el almacén, donde rápidamente quedó olvidado».
Este 356 C, con una carrocería en color Azul Esmalte 6403 y un interior rojo, lo matriculó por primera vez Mahag, en Múnich, el 11 de junio de 1964. Con su primer propietario recorrió 67.000 kilómetros en ocho años y lo vendió en 1972 a un corredor de seguros, que lo pasó al anterior propietario en Essen solo dos años después.
Dos años de duro trabajo
Tras una primera inspección, Merich descubrió que el vehículo necesitaba una restauración completa. Tenia el motor, la transmisión y casi todas las demás piezas dentro o alrededor del coche, así como un interior deteriorado por los ratones. Para que nos hagamos una idea, solo para su saneamiento exterior se necesitó un año de trabajo. Los gastos de restauración ascendieron a 125.000 euros.
Recibió la ayuda de una red de expertos en 356 en la región de Ruhr y de un taller de integración social de Bochum, que contribuyó con una cabina de granallado e instalaciones de imprimación. El taller de carrocería y pintura Pür de Ahlen se encargó de fabricar la pintura bajo las especificaciones de Porsche Classic. Además, se renovó en frontal, la caja de la batería, los marcos y los umbrales de las puertas, los bajos completos, los paneles interiores de las aletas, los travesaños, los soportes de los ejes y los paneles exteriores de las puertas.
A finales de 2018 llegó el motor bóxer revisado por el centro de motores Micke, junto con la transmisión, la suspensión y los frenos, así como el equipamiento interior.
Con todo ello, tras 2 años y 2.000 horas de trabajo, el nuevo 356 C veía la luz con una rara combinación de colores con todos los documentos originales y los números correspondientes confirmados por un certificado de Porsche.