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Este Porsche 910 de 1967 es una joya de las carreras de resistencia que ahora puede ser tuya

Coincidiendo con la celebración de Las 24 Horas de Le Mans y la expectación que siempre genera esta carrera, la casa de subastas Broad Arrow Auctions celebra la Subasta del 75 aniversario de Porsche en Atlanta (EE.UU.), un evento con cerca de 70 modelos de la firma de Stuttgart entre las que encontramos verdaderas joyas, como esta unidad del sublime Porsche 910 de 1967 que, curiosamente, nunca corrió en Le Mans.

Su precio estimado se encuentra en una horquilla de entre 2,8 y 3,4 millones de dólares o, redondeando, de 2,6 a 3,2 millones de euros, por lo que promete convertirse en uno de los vehículos más cotizados de los últimos tiempos, algo que tiene su explicación en el hecho de que solamente se fabricaron 27 unidades del Porsche 910, conocido también como Porsche Carrera 10.

El gran desconocido entre los Porsche de resistencia

Adquirido por William Bradley Racing Team, el Porsche 910 con número de chasis 020 fue pilotado por Vic Elford, Bill Bradley, John Fitzpatrick, Tony Dean y Gijs van Lennep entre 1968 y 1969. Ganó su categoría en los 1.000 Kilómetros de Spa de 1969, fue duodécimo absoluto en los 1.000 Kilómetros de Nürburgring de ese mismo año y fue conservado por el equipo Bradley durante 30 años para ser restaurado posteriormente por Paddy O’Grady y acabar en el estado de concurso que puedes observar en las imágenes.

Lo cierto es que el Porsche 910 es uno de los grandes desconocidos de la casa alemana, a pesar de que su palmarés fue brillante tanto en carreras de resistencia como en competiciones de subida de montaña tanto internacionales como de diferentes campeonatos locales.

Su “problema”, en realidad, es que el Porsche 910 no es sino una evolución del más popular Porsche 906, frente al cual disponía de un chasis más ligero pero a la vez más rígido, una carrocería de plástico reforzado por fibra de vidrio con techo desmontable y cambios en la geometría de las suspensiones. Además, su efímera vida en competición tampoco ayudó a que perpetuara su nombre en la historia. 

El Porsche 910 introdujo además, por primera vez, las llantas monotuerca en un modelo de la firma de Stuttgart, que empleaba llantas de fundición de magnesio de 13 pulgadas y neumáticos de Fórmula 1.

La efímera vida en competición del Porsche 910

Utilizadas por primera vez en subidas de montaña internacionales, las primeras unidades del Porsche 910 contaban con carrocería Spyder descapotable y un motor Tipo 771 de ocho cilindros y 2,0 litros que ofrecía 270 CV para carreras de montaña. No obstante, las unidades destinadas a carreras de resistencia se conformaban con los 220 CV del más fiable motor 901/21, igualmente de 2,0 litros pero con solamente seis cilindros.

A pesar de que se mantuvo muy pocos años en competición, especialmente para lo que era habitual en la época, el Porsche 910 logró victorias en los 1.000 Kilómetros de Nürburgring de 1967, la Targa Florio de 1967 y los campeonatos europeos de subida de montaña de 1967 y 1968.

Desde finales de 1968, Porsche había empezado a introducir el 907 en las carreras de resistencia, y el 910, especialmente su versión de seis cilindros, quedó relegado a algunos equipos privados.

La historia del Porsche 910 con número de chasis 020

Sobre esta unidad en concreto, una de las últimas construidos, se cree que fue empleada por Porsche como vehículo de desarrollo para el 907 antes de vendérselo al piloto británico William “Bill” Bradley, que lo usaría durante la temporada de carreras de 1968.

William Bradley era un gentleman driver con cierto nivel, y contó como compañero de equipo con el piloto oficial de Porsche Vic Elford en múltiples ocasiones. Los aficionados españoles más veteranos quizá recuerden el Porsche 910 que acabó en segunda posición en las 6 Horas de Barcelona de 1968 (primero de su categoría), justo detrás de un Ford GT40. Se trataba precisamente del estreno en competición de este Porsche 910, alquilado e inscrito para la ocasión por la Escudería Montjuich y pilotado por John Fitzpatrick y Alan Rollinson.

Fue el preludio de una temporada con múltiples éxitos para este chasis 020, incluyendo una victoria en su categoría en el Solituderennen, en Hockenheim (Alemania) y una victoria absoluta en la Coupes du Salon Montlhéry, en Francia.

En 1969, Bradley participaría en hasta 14 carreras con el Porsche 910 020, logrando buenos resultados tanto en su clase como en las clasificaciones absolutas, si bien los contendientes eran cada vez más potentes, y el Porsche 910 no contaba con las prestaciones de las legiones de Ford GT40 que se alineaban en las carreras más prestigiosas, los Porsche 908, los Lola, Chevrons…

Así, en 1970 solamente participó en los 1.000 Kilómetros de Brands Hatch, tras lo cual el Porsche 910 020 fue aparcado definitivamente, atesorando un palmarés con seis victorias absolutas en carreras del Campeonato Mundial y multitud de victorias en su categoría, habiendo sido conducido, además, por varios pilotos de primer nivel.

Esto es lo que hace realmente especial al Porsche 910 020

Tras acabar su carrera en manos del equipo de Bradley, lo normal es que el Porsche 910 020 hubiera sido vendido a algún equipo privado de menor nivel dotado de pocos recursos para mantenerlo adecuadamente, como era habitual en la época, para acabar revendido y revendido y, posiblemente, transformado drásticamente en una barqueta para competir en alguna subida regional de montaña o en un prototipo monstruoso en un vano intento de seguir el ritmo de los prototipos con motores turbo de 12 cilindros que cambiaron radicalmente las reglas de juego en los años 70.

Sin embargo, este no iba a ser el destino del 910 020. Bradley guardó el Porsche 910 020 en su colección durante los siguientes 28 años, vendiéndolo en 1998, tras haberlo restaurado en los años anteriores con la ayuda de Paddy O’Grady, uno de los mecánicos de Bradley y ex miembro del departamento de carreras-cliente de Porsche en Zuffenhausen en la misma época en que se fabricaron los 910.

Desde entonces, este purasangre ha cambiado de manos muy pocas veces, participando ocasionalmente en los mejores eventos de carreras de clásicos de Europa como el Goodwood Festival of Speed, el Goodwood Revival o Le Mans Classic.

En 2021, el Porsche 910 020 se vendió a un coleccionista de Estados Unidos que lo incorporó a su colección de deportivos europeos de posguerra, y ha sido mantenido por el especialista Road Scholars en Durham, Carolina del Norte, quien lo ha mantenido en perfectas condiciones para que su nuevo dueño pueda disfrutarlo a conciencia.