El Porsche 917 es uno de los modelos icónicos del fabricante alemán. Se presentó en 1969, y un año más tarde daría a Porsche su primera victoria absoluta en las 24 Horas de Le Mans. Básicamente, hubo dos especificaciones: la menos competitiva 917 (25 unidades fabricadas entre 1969 y 1970) y la exitosa 917 K (12 unidades, producidas entre 1970 y 1971), aparte de algunas unidades sueltas posteriores y chasis de repuesto. Y de todos los Porsche 917, probablemente el 917 K del que vamos a hablar sea el más presente en el imaginario popular y, por tanto, quizás, el más deseado.
Y es que en este Porsche 917 confluyen varias circunstancias que hacen que protagonice lo que puede que sea la subasta del año 2025… porque sí, el Porsche 917 de Steve McQueen en Le Mans va a ser subastado por Mecum en Kissimmee (Florida, EE. UU.) como plato fuerte de un evento que se extenderá entre los días 7 y 19 de enero, algo que la casa de subastas norteamericana ha anunciado ahora en la Semana del Motor de Monterrey (California, EE. UU.) para ir caldeando el ambiente.
El Porsche 917 K de Steve McQueen en Le Mans
El Porsche 917 K subastado por Mecum es la unidad original adquirida y conducida por Steve McQueen para la película Le Mans (1971), tras lo cual vivió una segunda vida como auténtico coche de carreras con un discreto palmarés, así como una tercera vida como coche de colección.
Originalmente, este vehículo (chasis número 22) fue vendido a Solar Productions (la productora de Steve McQueen), que lo utilizó para el rodaje de Le Mans. La película se filmó en el circuito de La Sarthe entre junio y noviembre de 1970, incluyendo planos reales de la carrera de aquella temporada, disputada a mediados de junio.
McQueen quiso incluso competir con su Porsche 917 junto con Jackie Stewart, pero no se aceptó su inscripción porque, al parecer, ninguna aseguradora se hacía responsable, así que en su lugar corrió otro Porsche 917 con idéntica decoración pilotado por Jo Siffert y Brian Redman.
Tras el rodaje, el coche de McQueen (o de su productora) fue vendido en 1971 al piloto y dueño de equipo Willi Kauhsen, acabando cuarto absoluto en los 1.000 km de Spa de 1971 (con el propio Willi Kauhsen y Reinhold Joest a los mandos) como mejor resultado. Su último propietario conocido fue el actor cómico Jerry Seinfeld, gran aficionado a los coches en general y a los Porsche en particular.
El valor de los Porsche 917
En realidad, el Porsche 917 de McQueen tuvo una vida realmente interesante, si bien no puede presumir del gran palmarés con el que sí cuentan otras unidades de este purasangre de las carreras. Y es que, como ya hemos apuntado, los Porsche 917 marcaron una época en las carreras de resistencia, con nada menos que 15 victorias en el World Sportscar Championship (el Campeonato del Mundo de Resistencia o WEC de la época) durante las temporadas de 1969, 1970 y 1971.
Entre estos resultados hay nada menos que dos victorias absolutas en las 24 Horas de Le Mans (1970 y 1971), así como otras dos en las 24 Horas de Daytona (1970 y 1971), aparte de numerosos éxitos en competición en EE. UU., donde llegó a montar motores turbo de 5,4 litros que desorrallaban hasta 1.100 CV en configuración de carrera.
No obstante, aunque la vida de los Porsche 917 fue intensa, no fue demasiado larga. La crisis del petróleo marcó el final de la era de aquellos monstruosos motores turbo de gran cilindrada, y accidentes como el que se llevó la vida del piloto británico Roger Williamson, atrapado bajo su March 731 envuelto por las llamas en Zandvoort, tampoco ayudaron.
A partir de 1975, el Porsche 936 continuaría el exitoso camino emprendido por el 917. Desarrollado sobre una evolución del chasis del 917, viviría numerosos éxitos en la era de los motores turbo “pequeños”, incluyendo tres victorias absolutas en Le Mans entre 1976 y 1981. Pero esa es otra historia que merece su propio relato.
