En 1996 el Porsche Boxster salvó literalmente a la marca de la quiebra. Y ahora se cumplen 20 años del lanzamiento de otro modelo que cambió drásticamente el rumbo de la firma alemana. Se trata del Cayenne, un vehículo que descolocó a muchos, pero que incrementó drásticamente las ventas. Parecía complicado que Porsche se embarcara en el universo SUV siendo una marca de perfil superdeportivo, pero con el paso de los años ya nadie duda de que esa ecuación la resolvió con éxito.
La leyenda de la marca alemana se trasladaba de forma brillante a un segmento de mercado completamente nuevo. Un todoterreno seguro, un lujoso compañero de viaje y, al mismo tiempo, un emocionante deportivo: la receta del éxito del Cayenne sigue siendo la misma.
Con visión empresarial, el cuidado por los detalles característicos de Porsche y los más altos estándares de calidad, el fabricante de vehículos deportivos se embarcó en un proyecto con el nombre en clave de ‘Colorado’, a finales de los años 90.
Motor V8 con 340 CV en el debut del Porsche Cayenne
Para cumplir las exigencias de prestaciones propias de la marca también en el segmento de los SUV, los ingenieros desarrollaron para el Cayenne un nuevo motor V8 con elevadas cifras de potencia y par: en el Cayenne S, el propulsor de 4,5 litros tenía 340 CV y 420 Nm. Con la misma cilindrada, el Cayenne Turbo llegaba a unos impresionantes 450 CV y 620 Nm. El resultado fue que se lograron unas prestaciones al nivel de un deportivo, con una velocidad máxima de 242 y 266 km/h, respectivamente.
Entre las características especiales del motor de cuatro válvulas por cilindro se encontraron la tecnología VarioCam, que permitía variar el calado del árbol de levas, y la lubricación por cárter seco integrado, que garantizaba surtir de aceite a todos los componentes del motor, incluso con una aceleración lateral intensa y prolongada.
Todos los elementos del motor V8 se crearon para que pudieran soportar esfuerzos mucho mayores de lo que era necesario inicialmente. Cuatro años después de la presentación del Cayenne, se vio por qué: la gama desarrollada en Hemmingen creció por arriba con el Turbo S.
El Porsche Cayenne Turbo S llega a los 521 CV
Por fuera, el nuevo modelo tenía una apariencia discreta: solo su nombre sugería su enorme potencial. El V8 genera unos impresionantes 521 CV en el Turbo S y, con 720 Nm, su par máximo superaba en 100 Nm al Turbo. En términos de dinámica de conducción, el Cayenne Turbo S establece nuevos estándares para el segmento. El SUV de 2.355 kilogramos alcanzaba los 100 km/h en solo 5,2 segundos, casi medio segundo más rápido que el Turbo, y su velocidad máxima era de 270 km/h.
El aumento de la potencia y del par motor se consiguió gracias a la revisión de los dos radiadores del aire de admisión. Ahora enfriaban el aire comprimido de forma aún más eficaz, entre otras cosas porque estaban hechos íntegramente de aluminio y eran 13 milímetros más grandes. Esto permitía aumentar la presión de sobrealimentación en 0,2 bares, hasta un máximo absoluto de 1,9 dependiendo del régimen del motor, lo que a su vez aumentaba la potencia máxima.
Sobresaliente en asfalto y también por el campo
El hecho de que el chasis y los frenos estuvieran a la altura del enorme potencial del Cayenne Turbo S habla de la visión de futuro de los ingenieros. El director de la gama, Wolpert, aportó su gran experiencia en sistemas de control y la aplicó a la suspensión ya la transmisión del Cayenne.
El nuevo Porsche Traction Management (PTM) fue muy positivo para la buena motricidad de todas las versiones. En la configuración estándar, distribuía la potencia entre los ejes en una proporción 38:62 delante y detrás, pero también era variable mediante un embrague multidisco y podía llegar a hacer los ejes solidarios, en caso de necesidad. Con esto se pudo anular el diferencial central y, a pesar de ello, seguir avanzando aunque las ruedas perdieran probablemente el contacto con el suelo.
Junto con el PTM, el sistema Porsche Active Suspensión Management (PASM) también contribuyó en gran medida al convincente resultado tanto en carretera como fuera de ella. Este sistema de control de la suspensión se incorpora por primera vez en el Cayenne. En la versión Turbo S era de serie, junto con la suspensión neumática.
Suspensión neumática en el Porsche Cayenne
El PASM regula continuamente la dureza de la amortiguación e incorpora en sus cálculos el estado de la carretera y el estilo de conducción. La suspensión neumática también era una ventaja fuera del asfalto. Su impresionante altura libre al suelo de 21,7 centímetros con amortiguación de muelles helicoidales se amplió hasta 27,3 centímetros, gracias al sistema autonivelante de la suspensión neumática del Cayenne de primera generación.
Exclusivamente en el Cayenne Turbo S, Porsche instaló el mayor equipo de frenos que había puesto en un vehículo de serie hasta aquel momento. El diámetro de los discos aumenta hasta 380 milímetros en los delanteros y 358 en los traseros, frente a los 350 y 330 del Turbo. Las pinzas de freno también crecieron, lo que exigía el uso de llantas de al menos 19 pulgadas, que se instalaban si se solicitaban neumáticos de invierno.
Sin embargo, el Cayenne Turbo S estaba equipado de serie con llantas de 20 pulgadas. Las llantas ligeras llevaban neumáticos de tamaño 275/40, especialmente diseñadas para el Cayenne y homologadas para una velocidad de hasta 300 km/h.
Entre 2002 y 2007, Porsche lanzó cuatro variantes del Cayenne de primera generación. Además del Cayenne S, el Cayenne Turbo y el Cayenne Turbo S, existía un Cayenne básico, que no llevaba una denominación adicional.
Llegan las versiones diésel
Este modelo servía de entrada a la gama y estaba equipado con un motor V6 de Volkswagen. Ese propulsor de gasolina de 3.2 litros generaba 250 CV y un par máximo de 310 Nm. Con la actualización de producto de 2007, los motores obtuvieron aumentos de potencia, con el Cayenne Turbo S a la cabeza con 550 CV. También se añadieron nuevas mecánicas con el Cayenne GTS (405 CV) y el Cayenne Diésel (240 CV). Con el prototipo Cayenne Hybrid, Porsche también se aventuró a vislumbrar un futuro parcialmente electrificado.
Entre 2002 y 2010, la primera generación del Porsche Cayenne tuvo seis variantes de motor y ocho versiones de equipamiento. Salieron de la fábrica un total de 276.652 unidades y el más vendido fue el Cayenne S, con una cuota del 38,9 por ciento.
El Turbo S, con solo 5.455 entregas, siguió siendo el exclusivo modelo emblemático de los superdeportivos. Otro miembro de la familia Cayenne sigue marcando hoy la pauta del segmento en cuanto a prestaciones excepcionales de un coche deportivo: con el Cayenne Turbo GT de 640 CV, Porsche lanzado en 2021 un vehículo cotidiano superdeportivo de destacada estabilidad y prestaciones. Con sus extraordinarias características de conducción, este coche eleva el listón al igual que lo hizo en su día el primer Cayenne Turbo S.