En una época en la que la tecnología táctil parece omnipresente en los automóviles modernos, resulta sorprendente recordar que el primer coche con pantalla táctil apareció hace casi 40 años. Se trata del Buick Riviera de 1986, un modelo adelantado a su tiempo que introdujo un sistema innovador, pero que terminó siendo rechazado por sus propios dueños.
Desde su nacimiento en 1963, este vehículo se posicionó como un vehículo de lujo que competía directamente con el Ford Thunderbird. En su octava generación, lanzada en 1986, la marca sorprendió al mundo automovilístico con la inclusión de una pantalla táctil de 9 pulgadas. Este sistema, denominado Graphic Control Center (GCC), permitía controlar diversas funciones del vehículo, como el climatizador y la radio, con un solo toque.
¿Qué característica tenía esta primera pantalla táctil?
Aunque hoy en día la pantalla táctil en los coches son una característica común, en aquel entonces la tecnología del Buick Riviera fue recibida con escepticismo. Muchos conductores consideraban que la interfaz digital resultaba poco intuitiva y que distraía demasiado en comparación con los botones físicos tradicionales. Además, los altos costos de reparación y mantenimiento hicieron que muchos propietarios optaran por deshacerse de esta tecnología.
El Graphic Control Center ofrecía información detallada sobre el estado del automóvil, lo que, en teoría, representaba un avance en seguridad y comodidad. Sin embargo, su uso no se generalizó debido a la falta de familiaridad con la tecnología y la resistencia de los consumidores a abandonar los controles analógicos. Paradójicamente, décadas después, los fabricantes de automóviles han convertido las pantallas táctiles en un estándar de la industria.
¿Por qué fue descartada la pantalla táctil en ese momento?
Con el paso del tiempo, el Buick Riviera de 1986 ha sido reconocido como un pionero en la integración de la tecnología digital en los vehículos de la actualidad. Aunque en su momento fue una idea adelantada a su tiempo, la falta de aceptación por parte del público y los problemas de usabilidad condenaron a este innovador sistema al olvido.
Hoy en día, mientras los automóviles cuentan con pantallas de mayor tamaño y sistemas de infoentretenimiento cada vez más avanzados, es imposible no recordar a este modelo como el pionero de esta revolución tecnológica. A pesar de que sus dueños no supieron apreciar su innovación, su legado perdura en la evolución del automóvil moderno y dio comienzo a una revolución en el interior de los vehículos.