¿Alguna vez has conducido con la luna de tu coche agrietada? Seguro que sí. De hecho, te sorprenderá saber que hay un 40% de conductores que ha circulado alguna vez con un impacto o rotura en el cristal delantero del coche. Si esto es así, no es de extrañar que muchos conductores desconozcan las funciones básicas de seguridad de este cristal y por eso no le den la debida importancia. Te aseguramos que a partir de ahora tendrás mucho más cuidado.
Cuando un parabrisas se daña no solo implica una reducción de la visibilidad o un defecto puramente estético. El peligro principal es que puede desembocar en un grave accidente. Y es que una luna delantera en mal estado es uno de los motivos que reducen la capacidad del vehículo para responder ante situaciones concretas muy comunes durante la circulación.
3Consecuencias de una luna rajada: fragilidad de la estructura
Un cristal roto hace que el conjunto del vehículo sea menos resistente. ¿Por qué puede tener esa gran influencia? Porque una de las funciones del parabrisas es aportar estabilidad al techo y, si el cristal está agrietado, en caso de producirse un accidente y ejercerse más fuerza de lo habitual, hay muchas más posibilidades de que la estructura se hunda inevitablemente sobre los asientos de los ocupantes. Ahora tendrás una idea más clara de la importancia del parabrisas…