Saber que hacer, y que no, en un atasco es clave, para afrontar el estrés que produce, y así garantizar en gran medida la seguridad ante una situación imprevista. A pesar de que diariamente muchos conductores en las grandes ciudades los sufren y padecen, en otras, la eventualidad sorprende, especialmente, a la inexperiencia y el desconocimiento.
Repasamos hoy unos detalles de la conducción, que nos ayudaran a sobrellevar con tranquilidad y precaución, los atascos diarios y accidentales.
5Las prisas de todos y las averías mecánicas, se evitan con calma
Tener prisa por llegar, sobre todo cuando hay una urgencia, y encontrarse con un atasco es tremendamente frustrante, pero es imposible luchar contra los elementos. La prisa, los nervios y el estrés no hacen que el tráfico fluya. La tranquilidad, la precaución y la conducción responsable, sí.
Si no se hace un buen uso, la mecánica del vehículo sufre y en los atascos, lo que más suele resultar perjudicado es el embrague. Esto daña el mecanismo y acorta su vida. Lo más recomendable es meter la marcha solo al arrancar y mantenerse en punto muerto con el freno pisado en los ratos en los que se esté detenido.
Hay que conservar la calma, cuando un conductor está nervioso y frustrado, es más probable que cometa errores graves y que su concentración se disperse. La actitud con la que se encaran los problemas influye mucho en el nivel de sufrimiento que producen dichos problemas.