La válvula EGR es un elemento anticontaminación que llevan todos los coches y que tarde o temprano te puede dar problemas en tu coche, especialmente si tienes un vehículo con motor diésel. Sus siglas significan Exhaust Gas Recirculation o Recirculación de Gases de Escape en español.
Aunque por su finalidad anticontaminación pueda parecer que la EGR es un invento moderno, esta pieza se utiliza desde los años 70 en Estados Unidos y es obligatoria en Europa desde 1996. Su función es recircular parte de los gases que salen por el escape hacia la admisión para disminuir las emisiones de óxidos de nitrógeno. Si estás teniendo problemas con esta pieza la solución puede pasar por limpiarla, repararla o tener que sustituirla.
3Limpiar Válvula EGR
La limpieza va a depender del tipo de válvula que lleve tu coche: las hay mecánicas y electrónicas. Si se estropea la electrónica lo más seguro es que te toque cambiarla, aunque si quieres ahorrarte el porte completo de cambiarla puedes acudir a un taller especializado para que te la limpien con ultrasonidos.
Si es mecánica es algo más sencillo y puedes hasta intentar limpiarla tú mismo. Para ello desconecta la batería del coche y localiza la válvula EGR con ayuda del manual del coche. Tendrás que soltarla del motor y limpiar los puertos de entrada y salida con un limpiador de carburador o, en su defecto, agua caliente. Esto permitirá que la carbonilla se ablande y así podrás retirarla suavemente con un cepillo de dientes empapado en quitagrasas. Revisa también que el colector de admisión esté despejado.