Las intensas lluvias y el desbordamiento de ríos durante la última DANA en Valencia han dejado miles de coches atrapados y dañados en las carreteras. Especialmente en la V-30 y la V-31, el agua y el barro sepultaron vehículos de manera casi total. Ahora, el desafío reside en cómo actuar con los coches dañados y en definir su destino final. Las autoridades ya han iniciado un plan logístico y organizativo para despejar las vías y manejar adecuadamente los vehículos afectados.
2Desafíos en seguridad y prevención de robos
Uno de los principales problemas tras la retirada de coches es la seguridad. Para evitar el pillaje y el robo de piezas y pertenencias, las autoridades han reforzado la vigilancia en las zonas de almacenamiento. También se han tomado otras medidas adicionales, como cercar las áreas y disponer guardias de seguridad. Sin embargo, dado el alto volumen de coches en la ZAL y otros depósitos, el control es un desafío.
Además de la ZAL, la Generalitat Valenciana ha habilitado otros lugares. En la campa de FGV en València Sud, en Picanya, se están almacenando algunos de los coches más dañados por la DANA. Esta expansión en los puntos de almacenamiento ha sido necesaria porque la cantidad de vehículos a procesar es abrumadora, y no se pueden gestionar todos en un solo lugar.