Las intensas lluvias y el desbordamiento de ríos durante la última DANA en Valencia han dejado miles de coches atrapados y dañados en las carreteras. Especialmente en la V-30 y la V-31, el agua y el barro sepultaron vehículos de manera casi total. Ahora, el desafío reside en cómo actuar con los coches dañados y en definir su destino final. Las autoridades ya han iniciado un plan logístico y organizativo para despejar las vías y manejar adecuadamente los vehículos afectados.
5Aprendizajes para futuras inundaciones
La gestión de los vehículos atrapados por la DANA ha puesto en evidencia la necesidad de planes de respuesta más eficaces ante desastres climáticos. Las autoridades están considerando implementar medidas adicionales para evitar tal nivel de devastación y pérdidas materiales en futuras situaciones similares. Entre ellas, la creación de sistemas de drenaje más eficientes.
El uso de grandes espacios de almacenamiento como la ZAL, que hasta ahora había estado infrautilizada, ha abierto el debate sobre cómo aprovechar mejor estos lugares en casos de emergencia. Se está explorando la posibilidad de utilizar instalaciones similares en otras partes del país para garantizar una gestión adecuada de los bienes materiales afectados en casos de desastres naturales.