En el mundo del lujo y la exclusividad automotriz, hay una figura que destaca no por diseñar motores ni por crear las curvas aerodinámicas de los coches, sino por un trabajo mucho más delicado: dibujar líneas. Mark Court es el único trabajador en Rolls-Royce que tiene el privilegio y la responsabilidad de dar la última pincelada a cada automóvil que sale de la fábrica de Goodwood, ese toque que distingue a la marca del resto de vehículos en el mundo. Su labor, aunque aparentemente simple, requiere de una destreza y precisión que pocos poseen, y es por eso que su nombre se ha convertido en sinónimo de perfección en la industria.
3Pulso de acero
Lo que hace aún más impresionante el trabajo de Mark Court es la personalización que implica. Aunque es conocido por sus líneas rectas y perfectas, no se limita solo a ello. Los clientes de Rolls-Royce, famosos por sus gustos extravagantes y exigentes, solicitan una amplia variedad de diseños personalizados: desde las obvias iniciales hasta motivos más complejos, como flores, cabezas de caballo y símbolos árabes o chinos.
Para satisfacer estas demandas, Court utiliza pinceles de pelo de ardilla que él mismo recorta a la medida, asegurándose de que estén perfectamente adaptados a la tarea a realizar. Además, prepara sus dedos meticulosamente para que se deslicen suavemente sobre la superficie; una técnica que ha perfeccionado a lo largo de los años y que requiere de un nivel de destreza y concentración casi inhumano.