«Race for Glory: Audi vs Lancia» («Carrera por la gloria: Audi versus Lancia»), la película que recrea la épica batalla que mantuvieron Audi y Lancia por el liderazgo del mundial de Rallyes en 1983, acaba de llegar a las pantallas en Norteamérica y Canadá y en unos meses (previsiblemente, en marzo) se podrá ver en España. Una película que se une a otra con historia automovilística que también verá la luz este año. Se trata de Ferrari, que llegará a los cines en febrero, coincidiendo con el 126 aniversario del nacimiento del creador del cavallino rampante.
Dirigida por Stefano Mordini, la película está protagonizada por Daniel Brühl (en el papel de Roland Gumpert, responsable entonces del equipo Audi Sport), Riccardo Scamarcio (como Cesare Florio, el jefe del equipo Lancia de Rallyes), y Volker Bruch (como Walter Röhrl, bicampeón del mundo de Rallyes en 1980 y 1982 que fichó por Lancia en 1983) y narra la rivalidad entre las dos marcas automovilísticas en ese mundial, en el que participaron con dos coches muy distintos: el Lancia 037 de tracción trasera y el Audi Quattro con tracción total.
Audi partía como favorita, Lancia ganó la batalla
La película se centra en el desarrollo del Lancia 037 de carreras y, sobre todo, en la contraposición del modelo italiano, de tracción trasera, y el alemán, de tracción total. Se rodó el año pasado en localizaciones de Italia y Grecia y también aparecen en la misma algunas de las ubicaciones originales de las oficinas de Lancia así como la pista de pruebas de Stellantis en Balocco.
El Lancia 037
En 1983, la marca de los cuatro aros era la favorita para ganar y ya había demostrado su supremacía en 1981 y, sobre todo, en 1982, año en que conquistó siete victorias y se hizo con el trofeo de constructores, mientras que el de pilotos recaía en Walter Röhrl, que en ese momento competía con Opel y que en la película lo hace a los mandos del Lancia 037.
Pero Lancia no estaba dispuesta a dejarse ganar la batalla ese año y finalmente se proclamó vencedora en el Rally de San Remo, en octubre de 1983, con un coche excepcional, el 037, que se había presentado un año antes en la 59ª edición del Salón del Automóvil de Turín en su versión de carretera. El modelo contaba con 205 CV, un carburador de doble cuerpo y sobrealimentación a través de un compresor volumétrico y había sido diseñado con vistas a la competición.
De este deportivo, que se convirtió en un icono de los rallyes, se ensamblaron 200 unidades en total para obtener la aprobación como automóvil de carreras del Grupo B. Se basaba en el Beta Montecarlo, un coupé compacto de motor central con un toque deportivo, típico de los años 70.
Contaba con un interior minimalista, mientras que algunos de los «apéndices» aerodinámicos en el pilar y la cola, incluido un llamativo alerón trasero, elevaban aún más su rendimiento. Para una máxima eficiencia, estaba hecho de poliéster con refuerzos de fibra de vidrio, mientras que los dos capós ligeros, sobre el motor y el maletero, se podían desmontar por completo.
Un modelo con el que el 7 de octubre de 1983, la marca Lancia conquistó su quinto título mundial de constructores e inició una época triunfal, ya que desde 1986 a 1992 ganaría otros seis títulos consecutivos del Campeonato Mundial de Rallyes, de los 10 que tiene en su haber.