En la lucha por garantizar la seguridad en las carreteras, los radares de velocidad se han convertido en una herramienta fundamental para las autoridades de tráfico en todo el mundo.
Estos dispositivos, diseñados para detectar y sancionar el exceso de velocidad, juegan un papel crucial en la reducción de accidentes y la protección de la vida humana en las vías públicas. En España, la implementación de nuevos límites de velocidad urbana y la introducción de radares para su cumplimiento han sido elementos clave en la búsqueda de un entorno vial más seguro.
Sin embargo, detrás de esta aparente misión de protección se esconden dilemas y controversias, como lo demuestra el caso reciente en el municipio asturiano de Siero.
1Haciendo cumplir con los limites de velocidad
Desde hace casi tres años, España ha sido testigo de un cambio radical en sus políticas de seguridad vial, marcado por la implementación de límites de velocidad urbana más estrictos y la introducción de radares para su cumplimiento. Sin embargo, este nuevo enfoque no ha estado exento de polémica, especialmente en municipios como Siero, en Asturias, donde la aplicación de esta medida ha generado un considerable aumento en el número de multas de tráfico.
El Ayuntamiento de Siero tomó la iniciativa a principios de este año de instalar siete cajas de radar en Lugones, su municipio más poblado, con el objetivo de hacer cumplir los límites de velocidad de 30 km/h establecidos por la Dirección General de Tráfico (DGT). Sin embargo, lo que se esperaba como un paso hacia una mayor seguridad vial, se convirtió rápidamente en una fuente de conflicto y frustración para los conductores locales.