La Dirección General de Tráfico (DGT) tiene una misión clara: mejorar la seguridad en las carreteras y reducir los accidentes, principalmente mediante el control de velocidad. Sin embargo, algunas de las herramientas que utilizan para cumplir esta función, específicamente los radares, están bajo escrutinio por su posible ilegalidad. Este artículo examina los aspectos clave que rodean esta controversia y plantea la pregunta: ¿están algunos de los radares de la DGT violando la ley?
4Lecciones para la DGT
Este caso debería servir como un llamado de atención para la DGT y otras instituciones encargadas de la seguridad vial. Es esencial que los radares y cualquier otro equipo de control de tráfico estén colocados estratégicamente, no solo para capturar infracciones, sino también para asegurar que no pongan en riesgo a los propios usuarios de la carretera.
Algunas lecciones a considerar:
- Reubicación de los radares peligrosos : Los radares que están cerca de los guardarraíles deben ser movidos inmediatamente a lugares donde no interfieran con los sistemas de seguridad vial.
- Revisión exhaustiva de las ubicaciones de todos los radares : Esto podría implicar un proceso de auditoría en todo el país para garantizar que no se repitan estos errores en otras vías.
- Mayor transparencia en la ubicación de los radares : Los conductores merecen saber si un radar está colocado en un lugar con multas de seguridad o simplemente con multas recaudatorias. La transparencia en este sentido podría mejorar la relación entre los conductores y la DGT.