La ciudad de Barcelona ha intensificado sus medidas de control de velocidad, y los resultados son sorprendentes. Según los datos más recientes, los radares de la ciudad multan, en promedio, más de 700 veces al día. Este dato refleja no solo el aumento en la aplicación de sanciones, sino también la urgencia de concienciar sobre los peligros del exceso de velocidad en una de las ciudades con mayor densidad de tráfico de España.
Además de reducir la siniestralidad, esta estrategia busca garantizar la seguridad de peatones y conductores.
2Impacto en la recaudación municipal
Los radares no solo cumplen una función disuasoria, sino que también tienen un impacto económico. En 2024, las multas por exceso de velocidad representaron una significativa fuente de ingresos para el Ayuntamiento de Barcelona. Aunque se espera que estas medidas reduzcan los accidentes, la recaudación es motivo de debate público.
Muchas asociaciones de conductores critican a menudo que la instalación de radares responde más a fines recaudatorios que a una verdadera preocupación por la seguridad vial. Es decir, un clásico.