La tecnología para controlar los excesos de velocidad ha evolucionado mucho a lo largo de los años. Los radares La red de radares de la Dirección General de Tráfico (DGT) se ha ido ampliando de forma exponencial con el paso del tiempo, llegando a estar compuesta por 780 cinemómetros fijos, 1.325 radares móviles y 92 radares de tramo repartidos de manera uniforme por la geografía española.
Pese al gran despliegue de medios para multar estas conductas imprudentes, los excesos de velocidad siguen siendo la infracción más cometida por la mayoría de conductores. Dos de cada tres multas tienen que ver con el exceso de velocidad, según datos de Automovilistas Europeos Asociados (AEA). En 2021 la DGT formuló 4.793.520 denuncias, de las cuales 3.056.437 fueron motivadas por un exceso de velocidad.
1Los radares de tramo están presentes en España desde 2010
Los radares de tramo son un gran aliado de la DGT para cazar a los conductores imprudentes. Se inventaron para poder detectar a los conductores que acostumbran a frenar cuando ven un radar, y vuelven a sobrepasar los límites cuando piensan que ya no van a ser multados. Para luchar contra esta imprudencia se han creado, entre otros, los radares de tramo.
Están operativos en España desde el año 2010. El primero se instaló en el túnel de Guadarrama que se ubica en la autopista A-8, que une Madrid y Segovia. Desde entonces esta fórmula de control ha proliferado por todas las carreteras españolas. Estos radares se distinguen de los radares primitivos, en que no solo miden la velocidad de los vehículos al pasar por el punto de control. Los radares de tramo miden la velocidad media de los conductores en un tramo de varios kilómetros de longitud.