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Radares rotatorios: el arma que muchos ayuntamientos utilizan para que levantes el acelerador

En las carreteras españolas, uno de los mayores temores que acechan a los conductores es la posibilidad de ser multados por exceso de velocidad. La proliferación de radares de velocidad a lo largo de las vías y municipios del país ha llevado a un notable incremento en el número de sanciones en los últimos tiempos. Esta abrumadora cantidad de dispositivos instalados no solo en las carreteras principales, sino también en zonas urbanas, ha resultado en una avalancha de multas que los ayuntamientos luchan por gestionar de manera efectiva.

Esta situación ha llevado a los ayuntamientos a explorar nuevas estrategias para externalizar la recaudación y asegurarse de que todas las sanciones se tramiten de manera adecuada y puntual. El número de multas impuestas por los ayuntamientos ahora rivaliza con el número de infracciones registradas por la Dirección General de Tráfico (DGT), que ha recaudado una cifra impresionante de 507 millones de euros en sanciones.

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La respuesta de los ayuntamientos

radar

La preocupación por estos radares ha llevado a los ayuntamientos a tomar medidas para informar a la población sobre su presencia y funcionamiento. Un ejemplo es el municipio de Boadilla del Monte, en Madrid, que ha anunciado la instalación de tres radares rotatorios en respuesta al aumento de la población y la necesidad de reducir accidentes.

Además, el ayuntamiento ha compartido información sobre las posibles ubicaciones de estos radares, incluyendo avenidas como Don Luis, Cantero Oliba o Montepríncipe, así como calles como Playa de Formentor y Manuel de Falla, donde los radares rotatorios han capturado a numerosos infractores.