Quizás te veas en la necesidad de recurrir una multa por que consideras como injusta la imposición de la sanción. No recuerdas los hechos, estas seguro de que no te corresponde, observas algo anormal en la notificación, piensas que la actuación policial de alguna forma justifica que presentes las alegaciones oportunas, a fin de que el proceso sancionador se detenga en tu favor.
Para ello te contamos los pasos a seguir o las claves para realizar un recurso, y al menos hacerlo bien.
2Justificando lo injustificable
Con esta premisa clara, todas las multas son recurribles. Lo importante es cada caso, y conocer las posibilidades según las circunstancias, para que el recurso tenga éxito o se deniegue.
Como norma general, podemos decirte que no es conveniente recurrir una multa cuando no existen pruebas determinantes para hacerlo. Por ejemplo, si has sido sancionado por no tener el ticket de aparcamiento de la O.R.A., puedes recurrir la sanción aunque si realmente ya no tienes ese ticket (o nunca lo has tenido), tienes todas las de perder. Además, este tipo de sanciones leves que van por la vía administrativa premian el pago adelantado con un 50% de descuento sobre el importe total.
Si te empeñas en recurrirla, además de tener que abonarla íntegramente si no admiten el recurso, habrá casos en los que puede llegar a aumentar hasta un 20% en concepto de recargo. Y así es como una multa leve por no estar en posesión de un ticket de aparcamiento puede llegar a costarte 60 euros mientras que abonada a través del pronto pago quedaría en 25 euros.