La DGT nos alerta frecuentemente de los riesgos de conducir bajo los efectos del alcohol. Y tiene motivos para ello. Se estima que entre el 30 y el 50% de los accidentes mortales están relacionados con la ingesta de alcohol. Pero es que además el 42% de los usuarios admite haber conducido con unas copas demás alguna vez, jugándose dar positivo.
El alcohol es un depresor del Sistema Nervioso Central que altera tanto la aptitud como la actitud para conducir. De este modo, incrementa el riesgo de que el conductor se vea involucrado en un accidente de tráfico. Produce un efecto euforizante de inicio, es cierto, pero después da lugar a una absoluta pérdida de control. La percepción del riesgo baja, deteriorando también la función psicomotora.
3¿Cuáles son los límites hasta dar positivo?
Vamos a la teoría. La alcoholemia representa el volumen de alcohol que hay en la sangre. Esta se mide siempre en gramos de alcohol por cada litro de sangre (g/l) o su equivalente en aire espirado. Ahora bien… ¿Qué límites nos marca la DGT hasta dar positivo y llevarnos una buena multa?
Hay que destacar que la tendencia a nivel internacional es ir rebajando las tasas máximas permitidas, pero ahora mismo, en España, contamos con una tasa permitida de alcohol en sangre de 0,25 mg/l en aire respirado para los conductores en general, y 0,3 g/l en sangre y 0,15 mg/l en aire para profesionales.