¿Acabas de comprar un coche nuevo? ¿Es la primera vez que lo haces? Pues apúntate la regla número uno: la mejor manera de tener el mejor control sobre él es que el volante esté en la posición ideal para ti. Para ello, lo tienes que regular a la perfección.
Adaptar el volante a tu cuerpo y postura es un ejercicio tan específico que puede que no sea necesariamente la posición más cómoda para otras personas que conduzcan el mismo coche, pero esa posición tan particular significará que estarás mucho menos cansado tras hacer viajes largos. Además, tendrás mejor visibilidad en tus puntos ciegos y reducirás el riesgo de lesión en un accidente.
2Cómo regular la posición del volante
Ante todo, tu cara debe estar al menos a 25 cm del volante para evitar lesiones si el airbag se despliega en caso de un accidente. Sube la altura del volante, de tal modo que tus rodillas no lo toquen mientras frenas o usas el embrague, lo cual sería incómodo.
Después, acerca el volante hacia ti o aléjalo para que, cuando te sientes con los brazos extendidos, las muñecas de las manos descansen sobre la parte superior del volante. Tus brazos estarán ligeramente doblados cuando agarres el volante en las posiciones de 10 a 2, ya sabes, las clásicas manecillas del reloj.