Dicen los responsables de Alpine que el Vision, un «concept car» que no podrá verse en el inminente Salón de Ginebra, muestra al 80 por ciento cómo será el nuevo modelo que será comercializado en 2017 bajo la marca Alpine y con el que se pondrá fin a un periodo de inactividad de más de 20 años en el que Renault siempre ha percibido la existencia de mercado potencial para Alpine.
Pero es ahora cuando la firma del rombo se decide por fin, animada por las brillantes perspectivas en el segmento de los deportivos premium, que de aquí a 2020 podría crecer un 50 por ciento desde los 200.000 coches anuales que se venden en el mundo entre coupés y roadsters.
Semejanzas con el A110
En el exterior del Alpine Vision, diseñado por Antony Villain, parece innegable la clara inspiración del A110, producido de 1961 a 1977. Una silueta baja y estilizada, un capó abombado que aloja dos pares de faros redondos, unos flancos «ahuecados» y unas aletas traseras ceñidas, cuya zaga se remata por ópticas horizontales, se completan con los anchos hombros traseros, que cobijan entradas de aire que garantizan la refrigeración del motor, un cuatro cilindros turboalimentado situado en posición central posterior.
Por ahora no se concreta el peso o la potencia, pero sí que la aceleración de 0 a 100 km/h se completará en menos de 4,5 segundos. Y sucede lo mismo con el chasis, pues no se entra en detalles, pero se habla de propulsión trasera y de una dirección o unos frenos pensados para una conducción «con carácter» en carreteras sinuosas.
Cuidado interior
El interior del Alpine Vision, obra de Laurent Negroni y su equipo, combina detalles muy trabajados con materiales en bruto, como el peldaño de aluminio que nos da la bienvenida al abrir la puerta.
No faltan la piel, las microfibras o el carbono en un habitáculo donde son protagonistas los dos asientos baquet, dotados de arnés de competición, o la pantalla TFT configurable, que permite al «piloto» personalizar la instrumentación.
El volante, de tres radios, integra un sugerente botón «Sport», y en los mandos prevalece la iluminación azulada, seña de identidad de Alpine. Más a la derecha, la consola se asienta sobre una estructura de aluminio, revestida de cuero, donde hallamos la pantalla táctil multifunción y un cronómetro circular.
La historia de un mito
Alpine, creada en 1955 por Jean Rédélé, fabricó en Francia hasta 1995 un total de 26.666 coches, destacando las 9.276 unidades del A310 V6 o los 7.579 A110, que para muchos sigue siendo el Alpine por excelencia.
Los Alpine también fueron fabricados en otros países bajo licencia, como los 1.900 coches producidos por la antigua FASA en España de 1963 a 1978, los 1.500 montados en Brasil o los 700 de México.