Corría el pasado mes de mayo cuando la exclusiva compañía de Goodwood presentaba al mundo entero la completa actualización de el primer SUV de su historia, comenzada allá por el año 1904. Hablamos nada menos que de el impresionante Rolls-Royce Cullinan, un extraordinario vehículo que desde que viera la luz se ha convertido en una criatura idolatrada por infinidad de especialistas y de preparadores repartidos por todo el mundo, entre los que no podía faltar el alemán Mansory, que nos ha deleitado con criaturas de lo más controvertidas.
Y es que los chicos de Mansory fueron de los primeros en el mundo en ofrecer todo tipo de mejoras para el impresionante Rolls-Royce Cullinan. Y como no podía ser de otra manera, también han sido de los primeros en hacer lo propio con su completa actualización, una criatura que la casa británica bautizó con el apellido ‘Series II’.
Diferentes acabados para el carbono de estos Rolls-Royce Cullinan
Como era habitual en todos los Rolls-Royce Cullinan debidamente personalizados por Mansory, estos instalaban una gran cantidad de nuevos componentes aerodinámicos, como un prominente splitter para el paragolpes delantero, faldones laterales, aletas personalizadas y ensanchadas, un difusor para la zaga, un alerón para el techo… Elementos que han sido debidamente rediseñados para adecuarse a las nuevas formas de los mencionados Series II, pero que continúan estando fabricados con ligera fibra de carbono, que el cliente puede solicitar con diferentes acabados e incluso pintar en el color de la carrocería de su inmenso SUV, porque hay que recordar que el Rolls-Royce Cullinan es una criatura que mide 5,34 metros de largo.
Además de todos esos elementos aerodinámicos, Mansory también ha concebido para el SUV de la casa de Goodwood un nuevo capó en fibra de carbono, sobre el cual instala una colorida figura del inconfundible ‘Espíritu del Éxtasis’ que adorna la parrilla de todos los modelos del fabricante británico. En estas criaturas también hay una parrilla personalizada y retroiluminada, además de que ambas criaturas se asientan sobre unas impresionantes llantas que Mansory construye para la ocasión. Forjadas y de 24 pulgadas, estas además se han calzado con unos neumáticos en medida 295/30 R24.
Mansory lleva el 6.75 V12 Biturbo hasta los 720 CV
Ninguna criatura que salga de las instalaciones de Mansory estará completa sin una completa actualización mecánica. De ahí que estos Rolls-Royce Cullinan hayan sido agraciados con el sistema Mansory Power Box, que a base de electrónica modifica la potencia y el par motor que entrega su extraordinario motor 6.75 V12 Biturbo. Ahora bien, el especialista alemán ha tomado como punto de partida versiones Black Badge, de manera que hablamos de criaturas que salen de Goodwood generando 600 CV de potencia y 900 Nm de par motor, cifras que son enviadas a sus cuatro ruedas por medio de un cambio automático con 8 velocidades.
Sin embargo, tras pasar por las manos de Mansory; quien además de instalar esa nueva gestión electrónica, añade un completo sistema de escape con diferentes opciones para sus terminales aunque siempre con válvulas que permiten controlar el sonido, ese corazón 6.75 V12 Biturbo ha pasado a proporcionar 720 CV de potencia y 1.050 Nm de par motor, permitiendo mover con mucha soltura sus más de 2.700 kilos de peso. Tanto es así que estas criaturas dicen que pueden acelerar de 0 a 100 km/h en 4,8 segundos, además de alcanzar una velocidad máxima limitada a 250 km/h.
El interior de estos Rolls-Royce Cullinan también se puede personalizar al milímetro
Aunque del interior de estos impresionantes Rolls-Royce Cullinan Series II no se han facilitado imágenes por el momento, que sepas que los maestros de Mansory son capaces de convertir en realidad todas sus demandas a la hora de personalización previo pago, que nunca va a tener menos de cuatro dígitos. Pero todo ello siempre y cuando los artesanos de la división Bespoke de Rolls-Royce no lo hayan conseguido antes. Cosa que ponemos en duda.