Nuestro mundo, tal como lo conocemos, está en un punto de constante cambio, y uno de los aspectos más evidentes de esta transformación global es la transición de los combustibles fósiles hacia fuentes de energía más sostenibles. Quizá no te has dado cuenta, pero en nuestras conversaciones, en el día a día, cada vez hacemos más referencia a ello.
Este proceso, que ha estado en marcha durante décadas, está llegando a un punto crítico según advierte la Agencia Internacional de Energía (IEA), y esto podría tener un impacto significativo en nuestros bolsillos a medida que nos acercamos al llamado «punto de no retorno» en la producción y demanda de petróleo y diésel. En estas líneas exploraremos cómo esta transición se está acelerando y lo que significa para el futuro de los precios de la gasolina y el diésel.
1La advertencia de la IEA: «El tope de demanda de combustibles fósiles se producirá en esta década»
La Agencia Internacional de Energía, en un editorial publicado en el Financial Times, ha lanzado una advertencia contundente: «el tope de demanda de combustibles fósiles se producirá en esta década». Esta declaración proviene del director ejecutivo de la IEA, Fatih Birol, quien considera que estamos en un «momento histórico para el sector de la energía a nivel global». Este pronóstico indica que la demanda de petróleo y diésel alcanzará su punto máximo en los próximos años, antes de lo que se anticipaba.
Esta predicción tiene importantes implicaciones, ya que la disminución de la demanda de combustibles fósiles conducirá a una reducción en su producción. A medida que la oferta se vuelva más escasa, los precios probablemente se dispararán, lo que podría afectar negativamente a los consumidores que dependen de vehículos de gasolina o diésel.
