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Jamás volverás a repostar barato. El punto de no retorno para la gasolina y el diésel ya tiene fecha

Nuestro mundo, tal como lo conocemos, está en un punto de constante cambio, y uno de los aspectos más evidentes de esta transformación global es la transición de los combustibles fósiles hacia fuentes de energía más sostenibles. Quizá no te has dado cuenta, pero en nuestras conversaciones, en el día a día, cada vez hacemos más referencia a ello.

Este proceso, que ha estado en marcha durante décadas, está llegando a un punto crítico según advierte la Agencia Internacional de Energía (IEA), y esto podría tener un impacto significativo en nuestros bolsillos a medida que nos acercamos al llamado «punto de no retorno» en la producción y demanda de petróleo y diésel. En estas líneas exploraremos cómo esta transición se está acelerando y lo que significa para el futuro de los precios de la gasolina y el diésel.

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Desafíos en el horizonte

gasolina

Aunque estamos viendo un cambio significativo hacia fuentes de energía más limpias y sostenibles, no todos los desafíos desaparecerán de inmediato. El proceso de transición plantea preocupaciones importantes:

  • Suministro de energía: Algunas regiones, como las Islas Canarias, han declarado el estado de emergencia energética debido a la infraestructura obsoleta y condiciones climáticas adversas. Garantizar un suministro de energía estable durante la transición es crucial.
  • Volatilidad de los precios del petróleo: Las previsiones de la OPEP+ sobre la demanda sólida y un déficit de oferta en 2023, si se mantienen los recortes de producción, pueden generar una mayor volatilidad en los precios del petróleo. Esto afecta directamente a los precios de la gasolina y el diésel en los surtidores.
  • Impacto en el consumidor: A medida que los precios de la gasolina y el diésel aumenten debido a la menor disponibilidad, los consumidores podrían enfrentar una carga financiera adicional. Esto puede afectar el costo de vida y la movilidad de las personas.