Nos ha pasado a todos: el indicador de combustible comienza a parpadear y la reserva se enciende en el tablero. Puede ser tentador ignorar este aviso y esperar hasta la próxima estación de servicio o dejar el repostaje para otro día. Pero, ¿sabías que esta costumbre aparentemente inofensiva puede dañar gravemente el motor y otras partes de tu coche? Te explico por qué mantener el depósito bajo mínimos y llenarlo hasta el tope de una sola vez es una práctica que deberías reconsiderar.
1Los peligros de conducir en reserva: partículas y posos en el motor
El depósito de combustible de tu coche no es un espacio vacío y limpio como podríamos imaginar. Con el tiempo, en su fondo se acumulan pequeñas partículas de suciedad, sedimentos y restos del propio carburante. Estos restos, conocidos como “posos”, se quedan ahí mientras el nivel de combustible esté moderado o alto, pero en cuanto el depósito se vacío, estos sedimentos tienden a moverse, lo que significa un mayor riesgo de que terminen llegando al motor.
Aunque el sistema de filtro de combustible del coche está diseñado para bloquear la mayoría de estas partículas, no es infalible. Algunas impurezas microscópicas logran pasar, afectando la salud del motor a largo plazo. Es cierto que un repostaje ocasional en reserva no causará un daño inmediato, pero si esto se convierte en un hábito, estarás exponiendo al motor a un desgaste prematuro y, eventualmente, a reparaciones costosas.