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El reto que supone apagar un incendio de un coche eléctrico

Ha pasado más de un año desde que el incendio provocado en las baterías de un coche eléctrico llevara al fondo del Océano Atlántico el buque de carga Felicity Ace con otros 3.985 vehículos. Pero hace apenas unos días la historia se volvía a repetir en las costas de los Países Bajos con el Fremantle Highway. En esta ocasión, las investigaciones sostienen la idea de un nuevo incendio en unas baterías de iones de litio. Ahora en las de un vehículo híbrido enchufable que se propagaron por el interior del buque de carga, con la ‘fortuna’ de que pudo ser llevado a puerto y no acabó en el fondo del mar.

Todo esto abre un sinfín de interrogantes acerca de la seguridad del coche eléctrico y su aparente ‘facilidad’ para la combustión. Pero si esto parece ocurrir de forma sencilla, no tan fácil es extinguir las llamas que se producen en la combustión de sus baterías. De ahí que nos hayamos propuesto el reto de intentar explicarte los pormenores de todo esto.

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Influye la composición de sus baterías

Las baterías de iones de litio consisten en dos electrodos metálicos o compuestos: el cátodo y el ánodo, inmersos en un líquido conductor, el electrolito. Esta estructura se llama celda, y múltiples celdas forman la batería. El electrolito, generalmente una sal de litio, produce los iones necesarios para la reacción química reversible entre el cátodo y el ánodo.

Al cargar la batería y conectar un dispositivo, como al encender el coche, se cierra el circuito eléctrico de la celda. Esto inicia una reacción química que desplaza partículas ionizadas de un electrodo al otro, liberando energía en forma de electrones. Un cargador inverso induce una reacción inversa, recargando la batería.