Las rotondas, consideradas por muchos conductores como simples desvíos en su ruta diaria, son, en realidad, los puntos de encuentro más peligrosos en nuestras carreteras. Su diseño circular y la circulación rotatoria que las caracteriza las convierten en lugares propensos a accidentes cuando no se respetan las normas establecidas.
La Dirección General de Tráfico (DGT), en su afán por garantizar la seguridad vial, impone sanciones severas a aquellos que incurren en conductas imprudentes dentro de estas infraestructuras viales.
1Mas allá de la multa
La infracción en las rotondas puede ir más allá de una simple multa, llegando incluso a ser considerada como un delito penal. El concepto de rotonda se define como una intersección en la que varios tramos viales confluyen alrededor de un anillo central. Sin embargo, a diferencia de las intersecciones tradicionales, ya no se otorga preferencia de paso a la derecha. En su lugar, la prioridad recae en los vehículos que circulan dentro del anillo respecto a aquellos que intentan acceder a él desde las vías de entrada.
El uso adecuado de los carriles dentro de la rotonda es fundamental para mantener la fluidez y la seguridad del tráfico. Los conductores deben seleccionar el carril apropiado según su destino: el carril derecho para tomar las primeras salidas y el carril izquierdo para continuar más allá. En ambos casos, es crucial respetar la preferencia de paso de los vehículos que ya circulan dentro del anillo.