Las rotondas, consideradas por muchos conductores como simples desvíos en su ruta diaria, son, en realidad, los puntos de encuentro más peligrosos en nuestras carreteras. Su diseño circular y la circulación rotatoria que las caracteriza las convierten en lugares propensos a accidentes cuando no se respetan las normas establecidas.
La Dirección General de Tráfico (DGT), en su afán por garantizar la seguridad vial, impone sanciones severas a aquellos que incurren en conductas imprudentes dentro de estas infraestructuras viales.
2La prioridad en la rotonda
Es importante destacar que no todas las intersecciones circulares se consideran rotondas. Aquellas en las que dos tramos viales se conectan directamente a través de una isleta central, sin rodearla, no cumplen con los criterios de una rotonda tradicional. La DGT, consciente de los riesgos asociados a una conducción imprudente, no duda en aplicar sanciones rigurosas a quienes ponen en peligro la seguridad en las carreteras.
La entrada y salida de una rotonda deben realizarse con precaución y respetando la prioridad de paso de los vehículos que ya están circulando en su interior. El incumplimiento de esta norma puede resultar en frenadas bruscas, colisiones y, en casos extremos, accidentes graves. Las multas por no respetar la prioridad de paso pueden alcanzar los 200 euros, además de la pérdida de hasta 4 puntos en el carné de conducir.