Cuando pensamos en los elementos que configuran el paisaje de las carreteras españolas, las rotondas, o glorietas, emergen como uno de los protagonistas indiscutibles. Su presencia ha pasado de ser un simple recurso de gestión del tráfico a un verdadero fenómeno de infraestructura vial, tanto por su cantidad como por la relevancia que han ganado en la cultura y movilidad española.
España, que ocupa un meritorio quinto puesto en el ranking mundial de países con más glorietas, cuenta con 15.053 distribuidas a lo largo de su territorio. Esta cifra la coloca detrás de gigantes europeos como Francia, líder absoluto con 42.986, y el Reino Unido, con 25.976. Italia se posiciona ligeramente por delante de España con 18.172, mientras que Brasil cierra el Top 5 con 11.854.
2España: Entre eficiencia y estética
Además de su funcionalidad, muchas en España tienen un valor estético y cultural. Las glorietas se han convertido en puntos emblemáticos de las ciudades, adornadas con esculturas, fuentes y monumentos que reflejan la identidad local. En este sentido, las intersecciones circulares españolas también juegan un papel como espacios de arte público. Ejemplos notables incluyen la del Bicentenario en Cádiz, con una impresionante escultura en honor a la Constitución de 1812, o la famosa «Rotonda de los Anillos» en Madrid, que se ha convertido en un símbolo moderno de la ciudad.
Es más, algunas en España son auténticas atracciones turísticas. Un caso curioso es la gigantesca rotonda natural en Extremadura, la más grande de Europa. Con sus 1,3 kilómetros de ancho, rodea al Cerro Masatrigo, conocido como la «Montaña Mágica. Aunque no está señalizada como tal por no ser una intersección, ofrece una experiencia única a quienes la recorre, enclavada en medio de un paisaje protegido y rodeado por encinas y alcornoques. De hecho, este paraje forma parte de la Red Natura 2000 y es una Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA).
