Sufrir un pinchazo siempre ha sido una angustia para todos los conductores. Antes era más habitual que ahora, con las vías asfaltadas, pero sigue ocurriendo alguna vez. Para enfrentarse a dicha eventualidad está la rueda de emergencia. En los primeros coches estaban más que accesibles, pero actualmente muchos ni siquiera la llevan ya.
Hoy en día, los sensores de presión de neumáticos (TPMS) avisan de una pérdida de presión con margen suficiente y, si el conductor pone de su parte, puede controlar el estado general de las cubiertas y que no queden con una presión insuficiente. Por cierto, la presión de la rueda de repuesto, en el caso de llevarla, también hay que vigilarla. No vaya a ser que, cuando más falta nos haga, ¡esté desinflada!
6Neumáticos autosellantes
Algunos fabricantes ofrecen neumáticos que pueden seguir circulando sin aire, o que pueden repararse con un sistema interno. Parece cosa de magia, pero es realidad… y sobre todo a la hora de reducir costes no está nada mal.
Por cierto, recuerda que las normas no nos obligan a realizar un cambio de neumático si no sabemos o es poco seguro hacerlo, pero estamos en la obligación de reducir los riesgos a los demás mediante señalización y pidiendo ayuda o llamando a asistencia en carretera.