Ir conduciendo tranquilamente y de repente oír un ruido muy fuerte e inusual puede ser muy perturbador. Sobre todo si no sabes el origen. Haber pinchado una rueda suele ser lo primero que se nos viene a la mente. Los pinchazos se producen de manera repentina y en la mayoría de los casos el conductor no llega a saber qué lo provocó.
Cuando sales a la carretera te arriesgas a que esto ocurra. Nadie está libre de sufrirlo. Un neumático pinchado es uno de los motivos más habituales por los que los conductores recurren a la asistencia en carretera. Por eso es muy importante saber cómo actuar y no dejarse llevar por el pánico.
3Cambiar la rueda pinchada
Una vez estacionado inspecciona los neumáticos. Si solo has pinchado una rueda, tendrás que tomar la decisión de si cambiarla tú mismo o llamar al seguro. Lo más precavido es llamar a la grúa, sobre todo si te pilla en autovía o autopista. La mayoría de seguros cubren esta asistencia. El propio operario de la grúa te remolcará a un lugar seguro y te cambiará la rueda de repuesto.
Si estás familiarizado con el cambio de ruedas, poner la de repuesto te resultará fácil y no tendrás que esperar por la ayuda. Si eres un mecánico novel pero aun así quieres probar, aquí te van tres consejos: ten mucho cuidado con dónde colocas el gato, desatornilla las tuercas siguiendo un orden en cruz y no te extrañes si necesitas darle algún golpe al neumático para que salga.