En 2015 Seat vendió a nivel mundial más unidades del León que del Ibiza, un hecho relevante que deja clara la importancia del compacto superventas de la marca española. Pero han pasado ya cuatro años desde su lanzamiento y hasta que llegue la próxima generación, no antes de 2018, era hora de lavar la cara a este modelo estratégico y responsable de muy buenos datos.
Por fuera hay cambios más importantes de lo que parece a simple vista, pero es verdad que han sido demasiado conservadores. El director de diseño de Seat, Alejandro Mesonero Romanos, lo deja claro antes de que formulemos la pregunta: «El León es un modelo muy atractivo y no es necesario cambiar su imagen, solamente reforzarla, actualizarla». Y esta actualización de la que nos habla Mesonero Romanos consiste en unos nuevos paragolpes, una rejilla frontal que aumenta de tamaño 40 milímetros, unos faros y pilotos traseros de nuevo aspecto y con tecnología LED -incluso las versiones básicas con halógenos llevan la luz día de LED con los intermitentes integrados en ella-, y un exclusivo marco cromado en las ventanillas para el nuevo acabado Xcellence. Además, hay tres colores nuevos denominados Desire, Boheme y Mystery. En general se puede decir que el coche ha ganado elegancia, con mayores dosis de frescura y líneas más nítidas que remarcan sus formas.
Un Ateca metido dentro de un León
El interior del nuevo León está más cuidado y transmite mayor calidad percibida. Es nueva la consola central, que además está más elevada. El freno de mano es ahora eléctrico, lo que permite rediseñar el espacio entre los asientos y ofrecer nuevos huecos portaobjetos. Y la luz ambiente interior ya es de LED y cuenta con intensidad regulable desde la pantalla táctil, con una gran oferta de colores. El conductor va a encontrar en el habitáculo del nuevo León más tecnología, pero también un interior más amable que se ajusta punto por punto al objetivo de la marca: ofrecer tecnología que haga la vida más fácil al conductor. Lo explica muy bien el vicepresidente de I+D de Seat, Dr. Matthias Rabe: «Podríamos afirmar que hemos metido el Ateca dentro del León», en referencia a que el nuevo compacto español hereda toda la tecnología de conectividad y ayudas a la conducción del SUV español recién llegado. Como el acceso y arranque sin llave o sistema Kessy, dotado además de un botón de arranque iluminado en rojo intermitente simulando el corazón del coche. El nuevo León también ofrece cargador inalámbrico de móvil, nueva pantalla táctil de 8 pulgadas reduciendo el número de botones junto a la pantalla, un radar y cámara mejorados que permite reconocer un mayor número de señales, asistente de emergencia, protección de peatones, el Traffic Jam Assist que permite que el coche maniobre, acelere y frene automáticamente hasta 60 km/h, control de crucero adaptativo…
Asimismo, el nuevo León ofrece un magnífico nivel de conectividad gracias a la última generación de sistemas de infoentretenimiento como el «Infotainment Easy Connect», la conexión Seat Full Link, la exclusiva aplicación Seat Connect App o el Media System Plus con la nueva pantalla de 8 pulgadas. Y una novedad importante es que a finales del año que viene el León podrá incorporar un cuadro de instrumentos digital configurable tras el volante, como estrena ahora el nuevo Volkswagen Golf.
A nivel mecánico hay un nuevo propulsor 1.6 TDI de 115 caballos -desde 23.030 euros- que ya lleva el Ateca y que se puede combinar con un cambio manual de 5 velocidades o con uno DSG de 7. El consumo medio homologado para esta versión parte de los 4,0 l/100 km. También es novedad la combinación del motor 2.0 TDI de 150 CV con la tracción total y el cambio DSG, aunque sólo con la carrocería ST. El resto no varía, con mecánicas de gasolina entre 110 y 180 CV, y diésel entre los 90 y los 184 CV.
Al volante del nuevo León se mantiene la precisión de guiado y el magnífico aplomo que caracteriza a este modelo -antes y ahora-, pero también mejora la insonorización con nuevos paquetes acústicos que disminuyen notablemente el ruido de rodadura que se percibe en el interior. Algo que se nota especialmente en los motores diésel como el nuevo TDI de 115 caballos, que se nos antoja más que suficiente para moverse en el día a día, y excelente en combinación con el cambio DSG. Rizando el rizo quizás echaríamos en falta una sexta marcha en el cambio manual, aunque el consumo obtenido con solo cinco marchas es ya muy bueno. Como también echamos de menos más equipamiento de seguridad de serie.
Los precios del nuevo modelo, que recordemos ya se puede pedir pero no se entrega hasta enero, no han variado y parten de los 19.080 euros. Los León SC de 3 puertas costarán lo mismo que los de 5, y las versiones familiares ST tendrán un sobrecoste de 1.000 euros. Habrá cuatro niveles de acabado: Reference, Style, Xcellence y FR. El equipamiento ya es bastante completo desde la versión básica; sin embargo, por 1.550 euros adicionales el cliente podrá pasar del Style al FR o al Xcellence, sumando una lista inacabable de opciones incluidas en la dotación de serie.