Seat presenta estos días en el Salón del Automóvil de París el nuevo Arona TGI, un modelo que se suma al Ibiza, León y Mii propulsados por gas de los que ya dispone la marca. Pero ¿cuáles son las ventajas de comprarse un coche de la familia Seat de gas natural? La respuesta la ha dado un experto de la marca, que ha viajado de Barcelona a París con un Seat León TGI por solo 45 euros.
Circular con vehículos de este tipo permite acceder a ciudades como París, Barcelona o Madrid cuando se activa el protocolo de restricciones de contaminación, reduce las emisiones de CO2 en un 25% respecto a un coche de gasolina y en un 75% los óxidos de nitrógeno respecto a un diésel y, además, es más barato. En Europa más de 1,3 millones de coches son de GNC, con Italia como principal mercado.
Precisamente, Antonio Calvo, responsable de Movilidad Sostenible de Seat, se pone al volante de un León 1.5 TGI para recorrer los más de 1.000 kilómetros que separan Barcelona de París y comprobar el coste en combustible. Gastó un total de 45 euros, 15 de ellos de Barcelona a Toulose, donde realizó la primera parada para repostar tras recorrer 400 kilómetros.
Un 50% más barato que la gasolina
Su siguiente etapa finalizó en Limoges, después de recorrer 684 kilómetros y parar para repostar de nuevo, y el trayecto finalizó en París tras 1.076 kilómetros. Llegó a la capital del Sena tras gastar otros 30 euros más y con una media de consumo de 3,6 kg de gas cada 100 km.
Para Antonio Calvo, el GNC tiene muchas ventajas, ya que no restas prestaciones ni potencia al automóvil, «el proceso de llenado es muy sencillo porque la boquilla universal permite repostar en cualquier gasinera y el ahorro económico es, sin duda, una de las muchas ventajas. De hecho, si hubiera realizado este mismo trayecto con un coche de gasolina me hubiera costado un 50% más caro, y un 30% si lo hubiera hecho en un diésel», explica.