Hace ya casi 42 años, el mundo entero se congregaba en la Ciudad Condal para presenciar uno de los eventos deportivos más importantes del siglo: los Juegos Olímpicos de Barcelona 1982. El Seat Toledo completamente eléctrico fue uno de los protagonistas que se resaltó entre el fervor y la emoción de la gente por este evento. Era un vehículo silencioso y vanguardista que se abría paso por las calles de la ciudad.
Este modelo, que fue desarrollado especialmente para la ocasión, no solo acompañó a los atletas en su recorrido con la antorcha olímpica, sino que también participó en la prueba de maratón, desafiando los límites de la tecnología eléctrica de la época. Hoy parece algo normal, pero en ese momento se convirtió en un pionero de la movilidad a batería.
¿Qué secretos ocultaba el Seat Toledo de los Juegos Olímpicos de Barcelona 92?
En un momento en que los vehículos eléctricos eran prácticamente una rareza y algo del futuro lejano, SEAT se atrevió a dar un paso adelante y crear este Toledo eléctrico. La primera curiosidad es que se basó en el modelo de primera generación, pero presentaba modificaciones significativas para poder albergar el motor eléctrico y las baterías necesarias para su funcionamiento, unas 10 en total que le daban un sobrepeso enorme al vehículo.
Este coche único de la marca española contaba con un peso adicional de 500 kilos debido a las baterías y podía desarrollar 20 caballos de potencia y una velocidad punta de 100 km/h. La autonomía era de 65 kilómetros, obviamente muy modesta para los estándares actuales. De todas formas, era suficiente para cumplir con su cometido durante los Juegos Olímpicos.
¿Dónde se encuentra actualmente este Seat eléctrico?
Hoy en día, el SEAT Toledo eléctrico forma parte de la colección de vehículos históricos de la marca, conservado cuidadosamente en la nave A122. Más allá de su valor como pieza de museo, este modelo representa un legado de innovación, espíritu olímpico y la capacidad de la firma ibérica para anticiparse a las tendencias del futuro. Fue pie a todo lo que vino después y tenemos normalizado ahora.
Este prototipo eléctrico no solo era un vehículo funcional, sino también un símbolo del compromiso de la empresa con la innovación y la sostenibilidad de sus automóviles. Su presencia en los Juegos Olímpicos representó un hito en la historia de la marca y en el desarrollo de la movilidad eléctrica en España.