Aunque no lo veas en acción, el anticongelante es uno de esos héroes anónimos que trabajan en las sombras para mantener tu coche en perfecto estado. Este líquido no solo evita que el motor se recaliente en pleno verano, sino que también asegura que el agua del sistema de refrigeración no se congele en las frías mañanas de invierno. Pero, ¿sabías que su papel va mucho más allá de eso?
Además de estabilizar la temperatura, el anticongelante protege el motor de la corrosión, evita la formación de depósitos calcáreos y alarga la vida útil de todo el sistema de refrigeración. Sin él, tu coche podría pasar de ser una máquina eficiente a un rompecabezas mecánico lleno de problemas.
4¿Cómo saber si tu coche necesita un cambio de anticongelante?
Aunque el circuito del líquido refrigerante es hermético, su eficacia disminuye con el tiempo debido al desgaste de los compuestos. Aquí tienes algunas señales de que podrías necesitar un cambio:
- El nivel del líquido está por debajo del mínimo.
- El motor se recalienta con mayor frecuencia.
- Notas de corrosión o suciedad en el depósito de expansión.
La regla general es cambiar el líquido cada dos años para los inorgánicos y cada cinco para los orgánicos. Sin embargo, el manual de tu coche tiene siempre la última palabra.