Los radares de la DGT son uno de los mecanismos más temidos por los conductores, tanto por los que cumplen rigurosamente las normas, como por los que se saltan el límite de velocidad a la ligera. Nadie está libre de tener un despiste y llevarse como suvenir de su viaje una multa de velocidad.
Pese al gran debate que generan estas herramientas de control, los conductores saben muy poco sobre su funcionamiento real y su historia. Hoy ha llegado el día de conocer más acerca de estas temidas herramientas de la Dirección General de Tráfico (DGT).
1¿Cuándo se inventó el radar de velocidad?
Los radares llevan más tiempo controlando las carreteras del que piensas. Fueron creados en el año 1935, y debes agradecer su existencia al inventor escocés Robert A Watson-Watt. Aunque no fue hasta 1958 cuando nació el primera radar que incorporaba cámara fotográfica, para poder dejar constancia del vehículo que había registrado esa velocidad. Así que tenemos que remontarnos a la década de los 50 para encontrar el antecedente de los muy maldecidos radares de velocidad que hoy vigilan nuestras carreteras.
El primer sistema de cámara y radar utilizado para medir la velocidad recibió el nombre de Gatsometer o gatsómetro. Este nombre era un homenaje a su inventor Maus Gatsonides, que era un piloto de coches de carreras obsesionado con medir la velocidad de los coches de competición para poder batir sus propias marcas. Para poder conseguir medir su velocidad recurrió a un dispositivo que funcionaba gracias al efecto Doppler, y le incorporó un sistema automático de fotografía, un invento que utilizó para tratar de mejorar su velocidad en las pistas, pero que a día de hoy a recibido un uso mayoritario muy diferente, ya que de aquí nació el radar de velocidad de los Agentes de Tráfico.