La mayoría de los conductores nos hemos encontrado alguna vez con un animal suelto en la carretera. Jabalíes, ciervos, conejos… contra los que, a veces, es inevitable chocar, con consecuencias que pueden ser nefastas tanto para el animal como para los ocupantes del vehículo. Contar con uns cobertura específica del seguro que cubra los daños causados por animales puede ser un gran acierto, ya que, salvo algunas excepciones, la ley traslada la responsabilidad al conductor en caso de accidente.
Según los datos de un reciente informe elaborado por Línea Directa, en los últimos cinco años en nuestro país se han duplicado los accidentes contra animales y estos son cada día más graves.
La Organización de Consumidores y Usuarios, OCU, cifra los choques contra animales en unos 33.000 al año (datos del 2021). De ellos, el 88% se produjeron en carreteras secundarias y en el 83% de los mismos estaban implicados animales silvestres, en especial jabalíes y corzos. Respecto a las horas de mayor intensidad, tres de cada cuatro accidentes tuvieron lugar entre las 18 y las 24 horas y un 10% entre las 6 y las 10 de la mañana.
Pero solo el 40% de los automovilistas cuenta con un seguro específico que cubra los daños causados, por lo que mayoritariamente los conductores acaban pagando la totalidad de la reparación del coche cuando ocurre un accidente de este tipo. Desde el cambio de la Ley de Tráfico en 2014, que trasladó la responsabilidad de estos accidentes al conductor, no se puede reclamar al dueño del animal o al coto, y solo el 6% de este tipo de siniestros son indemnizados por los propietarios de los animales.
3Atropello de animales cinegéticos: ¿quién paga?
La responsabilidad ante el atropello de un animal cinegético, un jabalí por ejemplo, es del conductor del vehículo y solo hay tres excepciones a esta regla en las que la culpa recae sobre el propietario del terreno o el responsable de la vía pública en la que ocurre el accidente.
Estas excepciones son, según el RACE:
- Si el atropello del animal es consecuencia directa de una acción de caza mayor llevada a cabo el mismo día o a las 12 horas anteriores al incidente.
- Si el accidente es consecuencia de no haber reparado la valla de cerramiento en plazo o por no disponer de la señalización específica de animales sueltos. En este caso se puede reclamar al titular de la vía pública.
- Si la zona donde se ha producido el percance no dispone de la señalización específica que avisa del peligro de colisión con animales cinegéticos.