Quedarse sin coche supone un verdadero quebradero de cabeza… Esta situación la hemos vivido todos alguna vez. La más habitual se produce cuando tenemos que llevar el vehículo al taller para realizar el mantenimiento o reparar una avería. Por norma general, hablamos de actuaciones rápidas que suelen resolverse el mismo día o en un plazo de 48 horas, por lo que las molestias tienden a ser mínimas. Pero cuando hablamos de más tiempo ya entra en juego el famoso coche de sustitución…
Tener acceso a un coche de sustitución se hace necesario. Es decir, contar con un vehículo que la compañía aseguradora o el taller pongan a disposición del afectado mientras su propio coche esté siendo reparado. Ahora bien, conseguir un coche alternativo no es posible muchas veces, porque todo depende de la póliza que se haya contratado. ¿Cuándo debes tener acceso a un coche de sustitución?
3Atento a la letra pequeña si quieres un coche de sustitución
Cuando el contrato del seguro no incluye específicamente la cobertura acerca del vehículo de sustitución, el asegurado no tendrá derecho a reclamar un coche alternativo. Esto parece obvio. Pero ojo, cuando el accidente haya sido provocado por un tercero, siempre se puede estudiar si puede ser considerado como un perjuicio más a la hora de reclamar.
El perjudicado, en todo caso, debería acreditar la necesidad de contar con un vehículo, aportando la documentación necesaria para ello. Es decir, cada caso es un mundo y, para que miren tu informe de forma específica y lo resuelvan favorablemente, tendrás que dar todos los argumentos necesarios para reclamar el coche de sustitución… y jamás olvides prestar atención a la letra pequeña del contrato.