Desde su invención, los semáforos han guiado el flujo vehicular con sus luces roja, ámbar y verde. Sin embargo, la evolución tecnológica y la irrupción de los vehículos autónomos han impulsado la necesidad de adaptar estas señales a los nuevos tiempos. En este contexto, surge la incorporación de una cuarta luz blanca en los semáforos, una innovación que ya se vislumbra en ciudades como Madrid.
4Perspectivas futuras
Aunque la luz blanca en los semáforos es una propuesta innovadora con potencial para transformar la gestión del tráfico, su implementación generalizada aún enfrenta desafíos. La adopción masiva de vehículos autónomos es un requisito esencial para que este sistema funcione de manera óptima. Además, es necesario desarrollar una infraestructura adecuada y actualizar las normativas de tráfico para integrar esta nueva señalización.