Los semáforos, tal como los conocemos, han sido una constante en nuestras vidas desde el siglo XIX. Con sus tres colores típicos—rojo, verde y amarillo (o ámbar)—han regulado el tráfico de manera eficiente en todo el mundo, desde España hasta Japón y Estados Unidos. Sin embargo, estamos a punto de presenciar una evolución significativa en su diseño con la incorporación de un cuarto color: el blanco. Esta innovación se debe a los avances en tecnología de vehículos autónomos, particularmente en Norteamérica.
1Vehículos autónomos y su impacto en el tráfico
El tráfico sin semáforos sería caótico, con intersecciones llenas de accidentes y disputas constantes por la prioridad. Desde su invención en el siglo XIX, los semáforos han sido esenciales para mantener el orden en nuestras carreteras. Ahora, gracias a un grupo de ingenieros de la Universidad de Carolina del Norte, los semáforos están a punto de evolucionar para adaptarse mejor a un futuro con vehículos autónomos.
Estos ingenieros han desarrollado una propuesta que sugiere la adición de un cuarto color, el blanco, a los semáforos tradicionales. Esta nueva luz no solo ayudará a regular mejor el tráfico, sino que también aprovechará las capacidades de los vehículos autónomos para procesar datos en tiempo real y gestionar el flujo de vehículos de manera más eficiente.