Los semáforos son una herramienta esencial en el control del tráfico en las ciudades y carreteras de todo el mundo. Estos dispositivos se utilizan para regular el flujo de vehículos y peatones en las intersecciones y zonas de alto tráfico, lo que ayuda a prevenir accidentes de tráfico y mejorar la seguridad en las carreteras.
Son la tercera señal con mayor prioridad, únicamente por detrás de los agentes y las señales de balizamiento y circunstanciales. Los semáforos indican quién debe pasar o detenerse, en el caso de un peatón cuándo debe cruzar una calle o en el caso de un conductor cuándo debe esperar porque es el turno de los peatones o cuándo circular.
Sin embargo un ajuste descontrolado puede suponer una ineficacia total y un descontento en los conductores y resto de usuarios.
2Las posibles alternativas tecnológicas para semáforos inteligentes
Los semáforos convencionales funcionan con unos ritmos previamente definidos que no se alteran en ningún momento, ni siquiera cuando las condiciones de tráfico se complican. Esto puede generar congestiones, aglomeraciones y atascos que afectan a la movilidad y al medio ambiente.
Para solucionar este problema, se han desarrollado dispositivos inteligentes que se adaptan al tráfico en tiempo real, utilizando tecnologías como la inteligencia artificial, el Internet de las Cosas o el Big Data. Estos semáforos son capaces de tomar información de su entorno (por medio de cámaras, sensores o comunicaciones) y ajustar su funcionamiento de acuerdo al volumen de tráfico y la densidad de vehículos y peatones; o conectarse a las agencias locales de tráfico y utilizar la información que estas les puedan proporcionar.
