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Dos semáforos que son capaces de acabar con tu paciencia

Los semáforos son una herramienta esencial en el control del tráfico en las ciudades y carreteras de todo el mundo. Estos dispositivos se utilizan para regular el flujo de vehículos y peatones en las intersecciones y zonas de alto tráfico, lo que ayuda a prevenir accidentes de tráfico y mejorar la seguridad en las carreteras.

Son la tercera señal con mayor prioridad, únicamente por detrás de los agentes y las señales de balizamiento y circunstanciales. Los semáforos indican quién debe pasar o detenerse, en el caso de un peatón cuándo debe cruzar una calle o en el caso de un conductor cuándo debe esperar porque es el turno de los peatones o cuándo circular.

Sin embargo un ajuste descontrolado puede suponer una ineficacia total y un descontento en los conductores y resto de usuarios.

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Ejemplos de semáforos que desajustan el tráfico e impacientan a los conductores

semaforo inteligente usme Motor16

A pesar de la importancia de los semáforos, no siempre están bien ajustados o sincronizados, lo que puede provocar situaciones de caos y frustración en los conductores. Algunos ejemplos de semáforos que desajustan el tráfico son:

  • El semáforo más corto: Está en el barrio de Triana, en Sevilla, y solo da dos segundos para cruzar la calle a los peatones. Los vecinos se quejaron de que era insuficiente y peligroso.
  • El semáforo más largo: Está en Santiago de Compostela, entre las rúas Campo do Cruceiro do Gaio y Xosé Pasín. Los conductores tienen que esperar seis minutos y medio en total para pasar por cuatro semáforos consecutivos. Algunos aprovechan para mirar sus redes sociales mientras esperan.
  • El semáforo que cambia de color según el clima: Está en la ciudad de Nueva York, en la intersección de la Quinta Avenida y la calle 39. Este semáforo tiene un sensor que detecta la temperatura y la humedad del aire y cambia de color según el pronóstico del tiempo. Por ejemplo, si hay lluvia, se pone azul; si hay nieve, se pone blanco; y si hay sol, se pone amarillo. Sin embargo, este semáforo no tiene nada que ver con el tráfico y solo sirve para confundir a los conductores y peatones.

Estos son solo algunos casos de semáforos que no cumplen su función de regular el tráfico de forma eficiente y segura. Por eso, es necesario mejorar la gestión de los semáforos y apostar por soluciones innovadoras que se adapten a las necesidades de la movilidad del siglo XXI.

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