Últimamente son cada vez más los denominados semáforos foto-rojo que se ven por nuestras calles. Raro es que alguna de las grandes poblaciones no haya apostado por este ‘artilugio’ de control que tiene una finalidad preventiva, como es evitar atropellos en los pasos de peatones, aunque está siendo cuestionada su legalidad.
Para entenderlo mejor tratemos de explicar antes cómo funciona esta tecnología. El fin es evitar atropellos o accidentes en muchos pasos de peatones o intersecciones. El semáforo en sí no cambia. Lo que veremos antes de llegar a él es una cámara que suele estar instalada unos 25 metros delante de la denominada zona de detención.
2Multa cuantiosa y pérdida de 4 puntos
Con esta tecnología se pretende que los conductores se detengan cuando el semáforo cambia o está ya en ámbar. Si apuramos, cambia a rojo, y nuestro vehículo se encuentra o pisa el paso de peatones, la multa será inevitable. Y no es menor: son 200 euros de sanción y la pérdida de cuatro puntos en el carné de conducir.
Todo parece legal y hasta tremendamente razonable. Entonces por qué motivo se está cuestionando esta tecnología del semáforo foto-rojo. La razón es que estos aparatos de medición deben estar homologados y perfectamente revisados. Además, cuando nos llega la denuncia a nuestro domicilio, la carta certificada debe contener al menos cuatro fotografías que constaten las diferentes fases de medición y el tiempo real.
